Se mira y no se reconoce, se encuentra pero distinta, marcada a fuego por la experiencia. Las huellas de ese hombre no se borraran jamás de su piel, el olor de su perfume no se ira de su recuerdo. Y piensa, y se mira y vuelve a pensar. No sabe dónde quedó esa persona que solía ser, ya no ve su reflejo, el espejo le devuelve la imagen de una extraña, desconocida. La mirada no es la misma, se mira extrañada esperando encontrar en el fondo a esa que solía ser. No esta, se fue… partió para no volver.